Siempre se dice que las navidades son un momento de celebración, de festividad, alegría y bienestar, pero la realidad es que para muchas parejas son momentos de discusión. Por eso debemos saber como gestionar las navidades con nuestra pareja para que las comidas y las cenas navideñas no acaben en tensiones familiares. Para ello os queremos dar algunos consejos que quizás os pueden servir.

  • Es muy importante acordar cada año (con días de antelación) que días comeréis o cenareis en cada una de las casa. Para esto es necesario mostrar en un papel todas las fechas en las que se puede celebrar alguna de las festividades, intentar repartir los días equitativamente para cada una de las familias y llegar a una buena negociación.
  • Si la situación es tensa con alguna de las familias políticas, se pueden disminuir los días de ir a cada una de las casa. Por ejemplo, imaginar que en total contamos con 7 celebraciones (cena de noche buena, comida de navidad, comida de san Esteban, cena de noche vieja, año nuevo, noche de reyes y comida del día de reyes), podríamos incluso reducir a dos únicas celebraciones (las de los dos días que consideren las familias políticas más importantes) y el resto gestionarlos para estar en pareja o bien para estar con los amigos. De este modo no se tensa la relación.
  • Y en el caso de que las relaciones con la familia extensa fueran muy tensas se puede llegar a acordar pasar esos días cada uno con los miembros de su familia, separándose cada uno de los miembros de la pareja durante unas horas o unos días (en función de si viven en otra población alejada) y volver a estar juntos una vez pasada la celebración. Ya que es mejor realizar cosas por separado que vivir tensiones y discusiones juntos. Seguro que al volver a casa se llega de mejor humor y con más ganas de estar con el otro.
  • Si las celebraciones se realizan en vuestra casa recordar que sois un equipo y que podéis colaborar conjuntamente para que la celebración sea lo más llevadera posible. Podéis distribuir las tareas, e incluso las relaciones sociales. Escucharos, tomar decisiones juntos, ceder y daros seguridad el uno al otro delante de los invitados.
  • Evitar las críticas a la familia de la pareja una vez se sale por la puerta o se está en la celebración. El respeto por su familia facilitará que también tu pareja respete a la tuya. Además todos tenemos cosas, o hacemos comentarios que no a todos pueden agradar, por eso tenemos que intentar flexibilizar con las personas que tratamos en esos días.
  • Acordar el momento en el que os marchareis de la celebración y sobretodo respetarlo. Esta no es una norma totalmente estricta, ya que también puede haber una pequeña excepción como por ejemplo, imagina que la familia de tu pareja no te cae bien pero ese día están algo más simpáticos de lo normal y la estancia no es desagradable y sabes que habíais pactado la hora para marchar porque generalmente tú eres el que te quieres marchar antes de la situación porque te agobias y en esta ocasión no es así. En este caso le puedes decir a tu pareja que no te importa quedarte un rato más, seguramente que a él tampoco le importara. Pero todo esto sobretodo hablarlo antes.
  • También está la alternativa de compartir una señal secreta que le indique a tu pareja que ya es hora de marcharos. Puede ser algún gesto, mueca o pellizco por debajo de la mesa a tu pareja. Acuerda con la pareja, antes de llegar a la comida o cena, cual será la señal que indicará la retirada. Y será tu pareja el o la que diga en voz alta “ya es tarde nos retiramos, muchas gracias”. (debe decirlo el miembro de la pareja que sea el hijo o familiar directo de la familia en la que están). De esta forma ante el resto de la familia tú no eres el o la que no se quiere quedar más tiempo.