Los hombres también pueden ejercitar su musculatura pélvica para lograr así una mayor sensibilidad, erecciones más fuertes, orgasmos más intensos y un mayor control eyaculatorio. Para ello, primero tiene que empezar a orinar y detener la micción en varias ocasiones. Una vez encontrado el músculo se inicia la gimnasia.

El primer ejercicio consiste en contraer y soltar los músculos varias veces seguidas: el pene se moverá ligeramente o ésa debería ser la intención de su dueño. Puede empezar por quince movimientos, pero luego deben ir aumentando el número de contracciones hasta llegar a 75.

Una vez alcanzados las 75 contracciones (puede costar varios días), puede iniciarse el siguiente ejercicio: contraer los músculos, contar hasta tres, y relajarlos otros tres segundos, y vuelta a empezar… El objetivo es hacerlo cincuenta veces, lo que, por supuesto no se logra  a la primera. Los resultados empiezan a notarse al mes y medio y la perseverancia es clave, por lo que han de hacer uno de los dos ejercicios dos veces por día.

Otra variante del mismo tema la proponen Whipple, Perry y Ladas: consistente en colgar una pequeña toalla—de tocador—sobre su miembro erguido y levantarla y bajarla utilizando los movimientos. Añaden que si su musculatura es débil puede empezar por una más pequeña o, si lo desea, con un pañuelo.