Una persona que padece fobia social siente mucho miedo a ser evaluado por los demás, ha hablar delante de otras personas ya sean desconocidas, familiares o conocidos. Esto les sucede porque siempre están pensando que el resto de personas les van a evaluar, tanto por lo que dicen como por la conducta que manifiestan. Así creen que el resto de personas se van a dar cuenta que están nerviosos porque van a ver que se ponen rojos, les tiembla la voz, están tensos o se encasquillan al hablar. A su vez, creen que los otros al escuchar lo que ellos dicen pensaran que ha dicho una tontería, que no venia a cuento o que lo que explica no tiene ninguna importancia. Todo esto hace que las personas se pongan muy nerviosas durante o incluso antes de una situación social, manifestando mucha ansiedad anticipatoria que les lleva a pensar en como pueden evitar dichas situaciones sociales.

Estas conductas de evitación a corto plazo les solucionan el problema pero a largo plazo se lo incrementan porque llegan ciertos momentos en los que no pueden poner más excusas o no pueden evitar la reunión social. Otras personas también hacen conductas que les proporcionan seguridad como mantenerse callado para no decir una tontería, para reducir las posibilidades de ser evaluado, o intentan llevar algo en la mano para canalizar su ansiedad.

Con estos pacientes, se ha visto que el tratamiento cognitivo conductual es muy eficaz para reducir la sintomatología y los pensamientos que este trastorno genera. Con la terapia se pretende modificar los pensamientos que tienen los fóbicos sociales, para que puedan ser más realistas con ellos mismos, su actuación, y el pensamiento que creen que tienen los otros de él. Y el tratamiento conductual pretende cambiar las conductas de evitación y de seguridad que mantienen el problema.

Muchas veces se compagina el tratamiento psicoterapéutico con medicación, que ayuda a mejorar los síntomas, pero se ha observado que en el momento de su retirada vuelven a aparecer por eso es muy importante la terapia psicológica.

Un asesoramiento psicológico puede ser de mucha ayuda.